Cambio Climático

Jun 01, 2020 00:11:38       1822        0

Debemos forjar un futuro verdeazulado, afirma la ONU

  • Aseguraría priorizar el medio ambiente y la salud de los mares: Peter Thomson

Ginebra, 1 Jun (Notimex).- La seguridad humana exige que, tras la pandemia de COVID-19, reconstruyamos mejor y se establezca el camino de recuperación hacia un futuro "verde azulado", afirmó el enviado especial de las Naciones Unidas para el Océano, Peter Thomson.

“La recuperación 'verdeazulada' después de la pandemia del coronavirus aseguraría priorizar el medio ambiente y la salud de los océanos, ya que se predice que si se calientan sólo 2 grados Celsius, perderían la mayor parte de sus arrecifes de coral, que albergan el 30 por ciento de su biodiversidad”, advirtió.

Thomson insta a los gobiernos y a las organizaciones a marcar el comienzo de una era sostenible de economías circulares cuando se reconstruya a partir de la agitación económica y social generada por la COVID-19.

Mencionó que en medio de la COVID-19, la responsabilidad principal de la sociedad radica en la búsqueda del bien común: cuidar a los que nos rodean, prestar atención a las restricciones y apoyar los esfuerzos de los servicios esenciales y trabajadores de la salud.

Indicó que estos tiempos oscuros terminarán y llevarán al camino de la recuperación, la cual se debe hacer hacia un mundo sostenible, en el cual no se regrese a los plásticos de un solo uso que contaminan el planeta, se derroche en la quema de combustibles fósiles y se denigre sin sentido la naturaleza.

“La seguridad humana exige que reconstruyamos mejor: el camino de recuperación hacia un futuro verde azulado está por venir. El elemento azul es el de una economía oceánica sostenible; el océano cubre el 70 por ciento del planeta y es nuestro mayor amortiguador contra el cambio climático, proporcionando desde alimentos hasta energía; desde medicinas hasta empleo, junto con el oxígeno”, declaró.

Anunció que la primera semana de junio será testigo de un importante evento mundial en línea, los Diálogos Virtuales del Océano, una serie de convenios digitales inclusivos que es diseñada y organizada por el Foro Económico Mundial y Friends of Ocean Action, con miras a producir soluciones viables en favor de la conservación y el uso sostenible de los recursos del océano.

Thomson estimó que el mayor riesgo resultante de la COVID-19 sería que se pierda de vista el desafío fundamental que enfrenta la humanidad: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles que mantendrán el calentamiento global por debajo de 1.5 grados Celsius.

Antes de la pandemia estábamos en camino de un calentamiento global de más de 3.5 grados Celsius para fines de siglo. “Una vez cruzada, la temida línea del calentamiento a 2 grados Celsius, seríamos testigos de la pérdida de los arrecifes de coral en el océano, que albergan el 30 por ciento de su biodiversidad”.

Por lo tanto, puntualizó, las emisiones de gases de efecto invernadero son el enemigo común; son la causa de la caída de los niveles de oxígeno del océano y del aumento de acidez, tendencias que exacerban y estresan la vida bajo las aguas.

Las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero son la causa del calentamiento del océano, por el cual se blanquea el coral, se pierden los ecosistemas, se fomentan los fenómenos climáticos extremos y se hace que los niveles del mar aumenten cada vez más.

Comentó que la visión de una recuperación postpandémica azul-verde acepta plenamente las prioridades de fomentar el desarrollo económico y crear empleo, al tiempo que promueve una mayor equidad social y bienestar.

En la transición del sector energético a las energías renovables, por ejemplo, prevé un almacenamiento de energía innovador, la instalación de redes eléctricas flexibles, sistemas de carga de vehículos eléctricos, hidrógeno verde y muchas otras tecnologías de desarrollo energético. “Todo esto significará trabajo, trabajo y más trabajo”.

El camino de recuperación azul-verde llevará a través de estaciones de pesaje económicas y acuerdos ambientales que llevarán a los sistemas humanos y naturales a una nueva armonía basada en el respeto y el equilibrio, que debe ser el sello distintivo de la próxima conferencia de tratados de la ONU sobre biodiversidad, para que pronto sea un mundo en el que al menos el 30 por ciento del océano esté protegido.

Refirió que cuando se habla de plantar un billón de árboles “debemos asegurarnos de que eso incluya la restauración de manglares, pastos marinos y algas marinas, que secuestran cuatro veces más carbono que sus primos terrestres”.

La recuperación azul-verde prevé el fin de los niveles desmesurados de contaminación y desechos de los que últimamente hemos sido responsables, y el fin de los subsidios que distorsionan sectores como el petróleo, el gas y la pesca.

Concluyó al señalar que tiene “muchas ganas de participar en los Diálogos oceánicos virtuales, del 1 al 5 de junio, para ayudar a producir las soluciones que necesitamos para el suministro sostenible de alimentos del océano, para las transiciones de energía renovable, para detener la marea de contaminación, priorizar la protección del océano y asegurar los datos y la ciencia oceánica que necesitamos para asegurar el planeta saludable que todos necesitamos y deseamos".

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