Espectáculos

Nov 17, 2015 12:56:01       100        0

México es un ejemplo de interculturalidad desde hace siglos

Por Adela Mac Swiney González. Enviada Huelva, 17 Nov (Notimex).- Al presentar su película “Dauna, lo que lleva el río”, con la que compite por el Colón de Oro de la 41 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el cineasta cubano, residente en Venezuela, Mario Crespo afirmó que la interculturalidad es la única vía de desarrollo de la especie. Si hay un país ejemplo de interculturalidad desde hace siglos “es México. Sus moles, su comida, su arquitectura, todo lo que tiene México expone lo que somos hoy”, apuntó. “No somos indígenas, no somos españoles, pero nuestros indígenas no son como nuestros ancestros de hace cinco o seis siglos, han interactuado y evolucionado a través de los años”, abundó. Recalcó: “Hoy somos esta gran patria, este gran país latinoamericano”. En rueda de prensa en la Casa Colón, de la ciudad sureña, señaló, a pregunta de Notimex, que es importante potenciar las culturas, “y las culturas se potencian solo a través del intercambio, a través del milagro del diálogo y de convivir”. La película, que ha sido preseleccionadas para optar al Premio Goya a la Mejor Película Iberoamericana, cuenta la historia de “Dauna”, una mujer de la etnia warao que tiene que debatirse entre las limitaciones que supone el respeto a su cultura y el salto que implica seguir su vocación y desarrollar una carrera profesional. Crespo explicó que la protagonista de la historia “tiene la necesidad de dar un portazo y marcharse” para hacer saber que no hay que quedarse anclado en la tradición. El personaje protagonista femenino se enfrenta a las convenciones de una cultura milenaria. “Dauna” (Yordana Medrano) arrastra consigo la marca de ser diferente y con ella, un dilema: escoger entre amar a “Tarcisio” (Eddie Gómez), con todas las responsabilidades que eso implica para una mujer warao o por el contrario, seguir su vocación, aún a riesgo de pagar las consecuencias. “Dauna” no quiere romper con su cultura, sino tomar de ella lo mejor para que eso pueda enriquecer la cultura nacional y universal. Para ello, tiene que arriesgarse y asumir las consecuencias de sus decisiones. El cineasta hizo hincapié en que la película pretende, además de la necesidad de la mujer de ejercer su libertad individual, lo importante que es intercambiar, el diálogo, la interculturalidad. El rodaje se desarrolló en localizaciones naturales del Delta del Orinoco y se llevó a cabo casi siempre sobre el agua, lo cual representó, en voz del director, “la mayor dificultad” con la que se encontró a la hora de rodar. La película fue rodada prácticamente en su integridad en lengua warao, de lo cual Crespo dijo que “quería que fueran ellos los que trasladaran este mensaje, que hubiera un cierto sabor documental”. Crespo es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de La Habana. Fue guionista y asistente de dirección en la Televisión Universitaria de La Habana entre 1972 a 1975, ha trabajado como guionista, asistente de dirección, director de cortos documentales y de ficción en el ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos). Desde 1992 reside en Venezuela donde ha dirigido largometrajes para televisión.
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