Cultura

Dic 10, 2017 15:14:05       239        0

Riqueza cultural de Zacatecas llegará a Las Rejas de Chapultepec

México, 10 Dic (Notimex).- El esplendor cultural de Zacatecas, su historia, arquitectura y el valor de los acervos de uno de los primeros museos mexicanos del siglo XX, fue plasmado en 54 fotografías de gran formato que a partir de mañana serán exhibidas en la galería al aire libre de Las Rejas de Chapultepec. La muestra conmemorativa del centenario del Museo de Guadalupe, en Zacatetas, pondrá al alcance de los transeúntes y visitantes la obra de artistas como Cristóbal de Villalpando y Miguel Cabrera, en reproducciones de alta calidad. De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de manera paralela, en Zacatecas abrirá al público la sala reestructurada “Manuel Pastrana, de colegio a museo”, dedicada al primer director del recinto e importante pintor de la Academia de San Carlos. Los festejos concluirán con la exhibición "La flor en la cultura mexicana", a inaugurarse a mediados de mes. Más de cien objetos darán cuenta de la flor como elemento simbólico de la cultura mexicana. Rosa María Franco, directora del citado museo desde hace dos décadas, recordó que el recinto es uno de los primeros museos mexicanos del siglo XX, el cual nació con estrella porque se creó con el ánimo de conservar un legado: el acervo elaborado ex profeso para el antiguo Colegio de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas, institución que permaneció en el edificio hasta 1908. Esa característica lo hace único, especial e irrepetible: en sus claustros bajo y alto, en su escalera y en su coro tiene obra creada para esos espacios, que hasta la fecha se conserva en el mismo lugar, puntualizó. Añadió que con la fundación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en 1939, el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional y desde entonces ha dependido de la institución. En el 2000, el INAH firmó un fideicomiso para la restauración integral del museo, con el Gobierno de Zacatecas, el Ayuntamiento de Guadalupe y Fomento Cultural Banamex. El arquitecto Carlos Martínez Hortigosa, responsable de la restauración, trató al monumento como si fuese una persona a la que se le revisa el estado de salud y armó un plan maestro a corto, mediano y largo plazo, explica Rosa María Franco. Luego de 17 años, el fideicomiso sigue vigente como un instrumento ágil que ha permitido cumplir con el plan maestro en función de los tiempos que la restauración ha exigido. Paralelamente se trabajó en el buen estado de la obra plástica y la elaboración de un discurso museográfico que permitiera tener información actualizada y accesible a todo público, con el gran reto de hacer público un espacio que se creó cerrado al mundo y abierto al cielo. Un museo que no tiene un público cautivo carece de impacto, por eso actualmente la mayor plantilla de trabajadores del Museo de Guadalupe está en el área de Comunicación Educativa, donde desarrollan nuevas formas de captar la atención de los visitantes y especialmente de las nuevas generaciones. El recinto cuenta con alrededor de 300 metros cuadrados de ludoteca: espacios habilitados para visitantes en edad preescolar hasta tercero de primaria, otra para jóvenes y adultos, un teatrino para montar teatro de sombras y rompecabezas magnéticos de las obras en salas. El Museo, agregó, llegó a 100 años con programas piloto de nueva museografía, cercana al lenguaje de los públicos del siglo XXI. El Museo de Guadalupe es el único en México que conserva su colección de óleos en los lugares originales para los que fueron plasmados, hace casi 300 años. Los franciscanos encargaron a los pintores más relevantes de la Nueva España lienzos ex profeso para el colegio. Las pinturas tenían un fin didáctico: son escenas religiosas creadas para enseñar la doctrina cristiana. Sobresale la obra de Luis Juárez, Alonso López de Herrera, Cristóbal de Villalpando, Nicolás Rodríguez Juárez, Antonio de Torres, Miguel Cabrera, Gabriel José de Ovalle, Nicolás Enríquez, Patricio Morlete Ruiz, José de Páez, Juan de Sáenz, Andrés López, José de Alcívar y Juan Nepomuceno Herrera. Aquella vocación de enseñar por medio de la mirada se sigue aplicando en el ex Colegio de Propaganda Fide, porque la museografía creada en 2004 aprovecha los cuadros y a los personajes en ellos pintados, para contar la historia del espacio, del arte barroco y de la evangelización en el norte del país. Aunque todo el museo es una pinacoteca, el guión se divide en dos grandes temas: salas históricas, ubicadas en los espacios que habitaron los franciscanos, y la pinacoteca propiamente dicha, donde confluyen distintas salas que abordan el arte barroco y los autores más representativos de la Nueva España. No obstante, el museo ya prepara la reingeniería del guion, en respuesta a las nuevas generaciones de público que en dos décadas ha cambiado considerablemente. “Actualmente trabajamos en salas piloto para probar nuevas lecturas con la perspectiva de atraer a más visitantes”, explicó Violeta Tavizón, subdirectora técnica del recinto.
NTX/MCV