Salud

Sep 25, 2017 19:13:17       79        0

Vecinos en Portales esperan dictamen; no han visto a dueño de edificio

Por Mariangel Calderón México, 25 Sep (Notimex).- En la calle Ajusco, colonia Portales, en el edificio con el número 1 vivían al menos 40 familias tras el sismo del martes pasado; y hoy representantes de poco menos de 20 de ellas hacen turnos en casas de campaña con la finalidad de esperar un dictamen más puntual, aunque en días pasados y durante la contingencia fueron desalojados. El señor Juan, de unos 60 años de edad, vivía con su hijo, quien sostiene a la pequeña familia, pagaban seis mil pesos de renta; del propietario del inmueble nadie sabe nada, hacían los depósitos cada mes y ya, comentó. Tras el sismo acudieron brigadas para entregar despensas a los vecinos, pero “nadie sabe dónde quedaron”; además, durante el desalojo llegaron apoyos psicológicos a brindar ayuda, “fue una de las psicólogas quien nos ofreció su casa para guardar lo poco que pudimos sacar, ella vive a dos estaciones de aquí". Don Juan no duerme en las tiendas de campaña que fueron llevadas en días pasados, tampoco en los albergues. “La atención es muy buena, pero hay mucho ruido y huele a pies”, por lo que él y su hijo de poco más de 30 años duermen en los hoteles de paso de la Calzada de Tlalpan, cuyo costo es de alrededor de 600 pesos en algunos y la salida es a las 5:00 horas. De los 40 habitantes del edificio de al menos unos 40 años sólo quedan alrededor de 15 apostados en un campamento improvisado, ellos esperan la llegada de las autoridades para la resolución de sus problemas de vivienda, todos pagaban renta pero nunca vieron al dueño. El problema es que ya no los dejan sacar sus cosas, algunos vecinos entraron a sacar lo que podían, pero eso, como se los dijo Protección Civil, “bajo su propia responsabilidad”. Además, señaló que los vecinos se han organizado, buscan la demolición y próxima reconstrucción del inmueble y esperan reunirse próximamente con representantes del Instituto de Vivienda capitalino (INVI). “Quienes se fueron del edificio perdieron su lugar”, según comentó don Juan lejos de sus vecinos, tiene miedo de que lo oigan porque ya hay cuatro líderes que coordinan las pláticas y acuerdos con las autoridades y quienes además argumentan que al haber desaparecido los demás condóminos les corresponderían dos departamentos. Don Juan llevaba poco más de cinco años de rentar el departamento y el día del sismo estaba en casa, al correr se tropezó y no ha podido ir al médico, tiene que apartar su lugar. Durante estos seis días no ha tenido hambre, han pasado brigadas a dejar tortas y bebidas, “pero después de tanta torta uno se enferma del estómago”, dijo sonriendo. El temor a los ánimos encendidos de los otros vecinos lo obliga a guardar silencio y permanecer a sol y sombra resguardando su turno. Aunque no sabe bien cuál será su destino no piensa volver por sus cosas, ha visto a al menos 10 familias bajar sillones y camas, él no se arriesga; “sólo sacamos lo indispensable”, señaló con tristeza. “El dueño del edificio nos dejó, no se ha presentado, de momento se me viene abajo la moral, no quiero ni ver la situación, es deprimente”, comentó con los ojos húmedos. Además, añadió que dentro vive todavía un papá soltero son su niña que tiene necesidades especiales, a él tampoco nadie le ayuda y tampoco tiene a dónde ir. “Vinieron varios ingenieros y arquitectos para revisarlo y coincidieron que el edificio era habitable, pero luego vinieron los de Protección Civil a decir que no, porque la portería está muy dañada, un muro se recargó en el otro”. El edificio de cinco pisos tenía en la planta baja una tienda departamental, en tanto que el segundo era una institución educativa pequeña, luego comenzaban las viviendas. “Ellos solitos se autodenominaron líderes, ellos son los que mueven a todos, se sienten con poder para todo y no debe ser así, trajeron bastantes cajas de despensa que donaron y ya las cajas nadie sabe dónde están, todos vivimos la misma situación y hubo gente que se guardó las cosas”. En el futuro lo que esperan es la resolución de su situación inmobiliaria, aunque por ahora lo que buscarán será de menos un cuarto en el que puedan descansar y bañarse, es lo que más hace falta. El edificio aparentemente no tiene daños pero de adentro está mal, comentó don Juan, “pero si podemos regresar ellos (los vecinos) ya tienen dos departamentos, los otros ya sacaron sus cosas de los departamentos”. “Me da mucho miedo, no sé si volveríamos, tenemos miedo, ese día todo el mundo gritaba, corría, lloraba”, recordó con el susto aún en la mirada.
NTX/MCC/CHA/MMH/SISMO17