Cambio Climático

Jun 03, 2020 23:13:21       1741        0

Frenarían crisis climática soluciones basadas en la naturaleza: BID

  • América Latina y el Caribe poseen 40% de diversidad biológica del mundo 

Washington, 3 Jun (Notimex).- En la cumbre climática celebrada en Madrid, países de todo el mundo discutieron las diversas vías para el desarrollo, los planes de descarbonización y las innovaciones tecnológicas que pueden frenar que la temperatura aumente dos grados centígrados.

Entre otras discusiones, se buscaron soluciones de infraestructura para ayudar a construir resiliencia o tratar de incentivar programas para alcanzar la meta de cero emisiones netas para 2050, pero olvidaron un componente vital: la naturaleza.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) refiere que sólo América Latina y el Caribe poseen el 40 por ciento de la diversidad biológica del mundo y contienen siete de los 25 puntos críticos de biodiversidad, 11 de los 14 biomas terrestres, y el segundo sistema de arrecifes más grande del planeta.

Además, en la región se encuentran más del 30 por ciento del agua dulce disponible de la Tierra y casi el 50 por ciento de los bosques tropicales del mundo, a la vez que sus ecosistemas terrestres, de agua dulce, costeros y marinos contienen algunas de las colecciones más ricas de aves, mamíferos, plantas, anfibios y paisajes.

Estos recursos naturales no sólo son importantes por su belleza, sino que generan importantes beneficios de regulación del clima y de soporte vital. Un reciente informe de la ONU, mostró que los ecosistemas globales están absorbiendo actualmente el 25 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, y otro 25 por ciento de las emisiones son absorbidas por los océanos.

Las soluciones basadas en la naturaleza podrían representar al 40 por ciento de la reducción de emisiones de carbono necesarias para limitar el calentamiento global a menos de dos grados centígrados para 2030, establece el organismo multinacional.

El capital natural es un activo que proporciona bienes y servicios vitales, como los alimentos o el aire; los manglares y los arrecifes nos protegen contra la subida del nivel del mar y las intensas tormentas resultantes del cambio climático.

Pero la naturaleza también impulsa la economía. Un estudio reciente del World Wildlife Fund (WWF) estimó que la naturaleza proporciona 125 billones de dólares al año en apoyo gratuito a la economía mundial.

Por ejemplo, en sectores como la industria turística, los arrecifes de coral generan 36 mil millones de dólares al año, y en la agricultura, la polinización apícola contribuye directamente a la producción de entre 5 por ciento y 8 por ciento de los cultivos mundiales.

Sin embargo, este capital natural no es valorado adecuadamente en las cuentas nacionales por los sectores público y privado, por lo cual no puede competir con otras prioridades de inversión.

Actualmente, la preservación de la naturaleza es percibida como un costo. Esta inversión no se encuentra como un rubro dentro del PIB, ni es asignada a un determinado ministerio o sector industrial. Por lo tanto, la naturaleza no se preserva ni aprovecha de manera eficiente.

Existen herramientas para cuantificar el valor de la naturaleza, y cada día son más sofisticadas. Algunos países, como Costa Rica, Colombia y Las Bahamas han sido pioneros en incluir esta valoración en sus cuentas nacionales, y otros, como Uruguay, comienzan a seguir esta ruta. Estas cuentas son un primer paso para aprovechar el capital natural en financiamiento innovador.

McKinsey estima que se necesitan entre 300 mil y 400 mil millones de dólares cada año para preservar y restaurar los ecosistemas; sin embargo, los proyectos de conservación reciben únicamente 52 mil millones, principalmente de fuentes públicas y filantrópicas.

Este déficit puede reducirse parcialmente mediante la movilización de inversión privada, apoyando a los actores privados que aprovechan de manera sostenible el capital natural, facilitando la inversión en proyectos de conservación y restauración, y fomentando la innovación privada en soluciones ambientalmente sostenibles.

Existe una gran oportunidad para catalizar de forma innovadora los servicios del ecosistema de capital natural de América Latina y el Caribe en beneficio de la región, ya que el Banco Interamericano de Desarrollo ha creado un Laboratorio de Capital Natural para incubar y escalar esas soluciones innovadoras y ha comenzado a apoyar iniciativas en inversión forestal, soluciones del mercado de capitales para la naturaleza, infraestructura basada en naturaleza para la resiliencia, carbono azul y aplicaciones de nuevas tecnologías para la naturaleza.

A medida que iniciativas globales, como la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza, buscan unificar los objetivos de las Convenciones sobre Cambio Climático y Biodiversidad, una visión completa del valor del capital natural puede ayudar a centrarnos en las soluciones que la madre naturaleza ya está brindando.

Una buena señal es que países como Costa Rica, Francia y el Reino Unido estén trabajando para resaltar la importancia de los vínculos entre la biodiversidad, la naturaleza y el cambio climático, concluye el BID.

-Fin de nota-

 

NTX/MADA/AEG