México

Jun 01, 2015 14:34:01       320        0

Buscan identificar fuentes de contaminación con uso de tierras raras

México, 1 Jun (Notimex).- La investigadora del Instituto de Geología (IGL) de la UNAM, Azucena Dótor Almazán, utiliza nuevas metodologías para la identificación de fuentes de contaminación en superficies con elementos potencialmente tóxicos, basadas en el uso de tierras raras. Las tierras raras son aquellas que se conforman de elementos químicos cuyos números atómicos van del 57 al 71 y se clasifican en ligeras y pesadas, aunque en ocasiones se considera que hay un grupo intermedio, además su geoquímica se basa en que tienen propiedades químicas y físicas similares, explicó la profesora. La aplicación ambiental de las tierras raras es para estudiar el comportamiento de los suelos y los fertilizantes que se usan en ellos, o al drenaje ácido de una mina por un derrame, y así saber cómo reaccionan los líquidos ácidos con el aire y con el agua. Al señalar cómo se comportan estos elementos desde el punto de vista ambiental, la académica explicó que su concentración y distribución se deben a la fuente y a procesos y factores como la absorción, la precipitación o el pH (medición de acidez o de la alcalinidad de una sustancia). Si en el agua el pH es sobre todo ácido, inferior a cinco, los elementos de tierras raras (ETR) son conservativos y por lo tanto es posible encontrar la fuente del contaminante que se busca. La investigadora dijo en un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que si el pH en el agua es mayor a cinco, los elementos se fraccionan y proporcionan información relativa a la interacción del agua y la roca. El estudio busca valorar el daño potencial del medio abiótico, como se le denomina al espacio físico en el cual habitan los seres vivos, asociado al derrame de lixiviados ácidos o minerales de una mina, ocurrido en Cananea, Sonora, en agosto de 2014. Dótor Almazán utilizó los patrones de los ETR con el objetivo de discriminar las fuentes naturales de elementos potencialmente tóxicos, de aquella asociada al derrame. El área de análisis incluye al arroyo Tinajas y se estudiaron las subcuencas correspondientes a los ríos Bacanuchi, Sonora-Arizpe y Sonora-Banámichi, que drenan hacia la presa El Molinito, afectadas por el derrame de la mina Buenavista del Cobre, que se ubica en el municipio de Cananea, en Sonora. La mina Buenavista del Cobre es una de las mayores empresas productoras de este metal, cuya explotación se lleva a cabo a cielo abierto y se recupera a través de un proceso de lixiviación (extraer desde un mineral una especie de interés). Los lixiviados que se producen en el proceso son ácidos y contienen, además de ese elemento, hierro y otros metales disueltos; por ello, una vez que drenan fuera de las rocas mineralizadas son almacenados en “represos”. Para contener el derrame del lixiviado, la minera construyó un bordo de emergencia y lo neutralizó con la aplicación de cal, posteriormente recogió los sedimentos neutralizados y los visiblemente impactados, de unos siete mil 398 metros cúbicos, que se depositaron en las cercanías de una presa de jales, dentro de las instalaciones de la empresa. Una vez realizada la recolección del material visiblemente impactado en los lechos de los arroyos y ríos, queda pendiente valorar la contaminación residual. Esta tarea no es sencilla, pues en la zona existen fuentes naturales que aportan metales y metaloides como el arsénico, bario, zinc, cromo, cobre y plomo, entre otros. “La aplicación de los elementos de tierras raras y sus patrones nos ayudaron a precisar si la firma de estos materiales era igual o diferente al patrón natural que se tenía de la zona”, comentó Dótor Almazán. En el momento que se analizaron los materiales de la fuente de contaminación, se encontró un patrón caracterizado por una marcada anomalía negativa de europio. “El material precipitado que recolectamos del represo muestra una mayor concentración de ETR; sin embargo, la principal anomalía de europio (Eu, con número atómico 63) está en el lixiviado. “Por otro lado, descubrimos que esta anomalía negativa de Eu no se presenta en el patrón de las rocas naturales del área, por lo que se considera que los ETR pueden ser un potencial trazador para diferenciar la fuente de contaminación antropogénica, asociada al derrame, de las fuentes naturales de metales de la zona de estudio”, añadió. En los sedimentos muestreados y analizados de los cauces en el arroyo y río afectados, después de la remediación los patrones de los ETR son muy consistentes al mostrar un enriquecimiento de los elementos de tierras raras ligeros. El análisis de estos elementos en la geología para identificar fuentes de proveniencia de rocas y sedimentos es algo común, no así en el área ambiental, por lo que su aplicación puede contribuir a abrir nuevas líneas de trabajo cuando la identificación de fuentes de elementos potencialmente tóxicos sea prioritaria.
NTX/VDR/JLR