Madrid, 2 Jun (Notimex).- Los activistas ambientales son víctimas de violencia en el 18 por ciento de los casos, y de asesinatos en el 13 por ciento, cifras que aumentan cuando intervienen poblaciones indígenas, reveló un estudio del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB).
“Los activistas que protestan ante las injusticias ambientales que tienen lugar en todo el mundo son víctimas de altas tasas de criminalización, violencia y asesinatos”, indicó el estudio que presenta lo que consideró el mayor análisis de conflictos ambientales efectuado hasta ahora.
Destacó que estas consecuencias son especialmente frecuentes “entre las poblaciones indígenas y en conflictos relacionados con la minería y el uso de la tierra”.
Los investigadores del proyecto Environmental Justice (ENVjustice) analizaron dos mil 43 casos de conflictos ambientales de todo el mundo registrados en el Atlas Global de la Justicia Ambiental (EJAtlas), un mapa interactivo que identifica y sitúa los conflictos ecológico-distributivos existentes.
Los datos señalaron que los activistas son, en su mayoría, “miembros de grupos vulnerables que emplean formas de protesta no violentas. Sin embargo, el activismo tiene un costo elevado para sus vidas”.
En el 20 por ciento de los casos, los activistas tienen que hacer frente a altas tasas de criminalización, y sus acciones de protesta tienen consecuencias en forma de denuncias, multas, litigios y penas de cárcel.
El estudio dijo que en el 18 por ciento de los casos son víctimas de violencia física, y en el 13 por ciento son asesinados. “Estas cifras aumentan significativamente cuando están involucradas poblaciones indígenas, alcanzando el 27 por ciento en criminalización, el 25 en violencia y el 19 por ciento en cuanto a asesinatos”.
“En el 11 por ciento de los casos, las protestas contribuyeron a detener proyectos ambientalmente destructivos y socialmente conflictivos, defendiendo el medio ambiente y los medios de vida”, añadió.
Joan Martínez-Alier, economista del ICTA-UAB e investigador principal del proyecto ENVjustice, apuntó que “el movimiento mundial por la justicia ambiental está compuesto por activismos locales contra la extracción de combustibles fósiles, la minería a cielo abierto, las plantaciones de árboles, las represas hidroeléctricas y otras industrias extractivas, así como contra la evacuación de residuos en vertederos o en la incineración. “Este es el ecologismo de los pobres y los indígenas”.
Por su parte, Arnim Scheidel, investigador principal del estudio, precisó que “para apoyar a los defensores ambientales de manera efectiva, es necesario conocer mejor los conflictos ambientales subyacentes, así como los factores que permiten a los activistas movilizarse con éxito por la justicia ambiental”.
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